miércoles, 23 de junio de 2010

Best of Me

No he dejado de pensar en los últimos acontecimientos que se han desarrollado en apenas un par de meses.

Desde luego no he escogido la manera adecuada de hacer las cosas en ningún momento. Es más, seguramente no lo he hecho en toda mi vida. Soy impulsivo y tomo muchas decisiones demasiado rápido.

No considero que me haya equivocado, aunque eso solo lo puede decidir el tiempo; pero sí que se que había 1.000 maneras diferentes de hacer las cosas, y he escogido una de las peores.

Me gustaría pensar que puedo hacer que alguien se sienta bien con solo un par de palabras, pero no es posible, no normalmente. He dado un golpe en el suelo y he hecho daño a varias personas a costa de mi propio bienestar, no es justo.

Tampoco voy a martirizarme con ello, soy consciente que llevaba unos meses mal. Sin salir de casa, sin socializar más allá de los sábados, sin tener un poco de aire fresco... Estaba metido en una rutina que me estaba matando y no podía salir. Ojo, la culpa no era más que mía, pero necesitaba un cambio, y me ayudaron.

De hecho, me ayudó una de las personas a las que hice daño, mientras que a la vez metía la pata con otra. He sido un desastre. Ninguna de las dos me reprocha nada, o eso dicen, pero yo me siento culpable igual y no puedo evitarlo, porque se que tengo razón.

Insisto una vez más:

He tomado una decisión correcta, o al menos, correcta por el momento. Ahora mismo me siento bien, me siento feliz, salgo a pasear, hago cosas diferentes, vuelvo a escuchar música, voy al trabajo con ánimo... El resto lo decidirán medidas absolutas. Pero he dado lo mejor de mí y he fallado miserablemente. No puedo hacer más.

Lo siento.