martes, 12 de agosto de 2008

Implantes de Tipo Duro (II)

Golpean el ataud.

-¡Vamos! ¡Arriba! Ya han pasado tus ocho horas. Si no quieres pagar más... ¡largate!

Resignado, sali de alli y me dirigí hacia el metro para llegar hasta el hotel donde esperaba mi camara. Si, el transporte publico es peligroso, un coñazo y dependes de horarios... Pero yo no tengo otra cosa. A duras penas me pago los Friskies...

Una vez dentro del vagón, encuentro a dos jovencitas, un anciano y cuatro punkys. Como odio los punkys, me encanta machacarlos, salvo por el inconveniente de mancharme con su sangre de rata. Los muy cerdos, durante el viaje, empezaron a meterse con las chavalitas, y uno de ellos sacó una navaja. Sin prisa, me levanté, cogí mi escopeta, me acerqué un poco y apreté el gatillo.

"¡Clac!"

Si, "¡Clac!". Eso es lo que sonó. La puñetera escopeta se encasquilló, y yo tenia delante a cuatro punkys que se giraron y me miraron con los ojos como platos, para pasar a sacar una navaja mas. Ah, pero las escopetas no solo valen para que aprietes su gatillo. Intento usarla para golpearlos... Y vuelvo a fallar. Vaya por dios, justo tenia que quedar mal delante de cuatro apestosos punkys. Uno de ellos intenta rajarme con su navaja, pero descubre mi maravilloso blindaje. Era hora de actuar. Vuelvo a empuñar mi escopeta cual garrote y reviento una de las piernas a un punky con navaja, al otro que tambien empuña una, le rompo el brazo de otro culatazo. Bah, estos punkys ya no son como los de antes... Uno de los de atras me golpea en la cara un puñetazo... rompiendo su mano contra mi casco... Vaya. En fin, el vagón llega a una estación y tres punkys intentan escapar corriendo, el de la pierna rota... se arrastra hacia la salida. Yo realizo un placaje contra el punky que queda intacto. En la huida, el hombre no se percató y no estaba preparado para recibir la embestida. Creo que eso, y la dureza del vagón influyeron en que le partiese la columna, muriendo el pobre hombre. Por último, expulsé al punky de la pierna rota a patadas del vagón. Ah... Que reconfortante fué.

Tras llegar al hotel, me encontré con que me el cabrón estirado me había dejado una cámara cutre, pero bueno, lo suficientemente decente como para que realice su trabajo.

Llegué al barrio corporativo por el metro, esta vez sin incidentes, y dejé mis armas en la entrada, a los guardias (norma principal en estos barrios). Me acerqué hasta la casa del fulano que tenía que matar, con mis manos como unicas armas. Allí estaba el tipo, con un cortacesped marca Arasaka en su garaje. Me acerqué sin mayores problemas:

-Buenos dias. - Le dije.

-Buenos dias.

-Buen cortacesped, ¿eh?

-Si, es un Arasaka, pero se ha estropeado.

-Oh, permita que le eche un vistazo.

Examine el cortacesped y estaba atascado con una rama. La saque, y el fulano me invito a lavarme las manos y a tomar una limonada.
Alli, en la cocina, deje caer la jarra con poco disimulo, pero parecio cuadrar.

-Hay una fregona allí, en el armario. - Me señalo, el muy cabron.

Cogi la fregona y la use... contra el. Lo deje inconsciente con una fregona, si, ¿A que soy la ostia? Luego me agache, y le rompi el cuello. Facil, silencioso... Eche un vistazo por la casa, pero oi risas de una mujer, como viendo la television, asi que me marche sigilosamente. Trabajo finalizado.

3 comentarios:

Ladherna dijo...

oh, dios, ¿por qué no existen hombres así hoy en día?

Minombre dijo...

hombre...
actualizar...actualizaré...
pero cuando vuelva de vacaciones que se está muy bien sin hacer nada!
Cuando vuelva contaré las mil historias que le pasan a la gente que va a comprar una botella de vino para un regalo cuando la dependienta tiene 200 años y no ve más la berruga de la nariz...XD
cosas que solo m pasan a mi!

Lanselor dijo...

me encanta cyberpunk xDDD y siesa sesión fue muy buena!.

Que macho fuiste con tu fregona. Recuerda que te esperan una banda de punkys.